La inadvertida (y fascinante) historia del Flamenco
La música es uno de los elementos que distinguen a España, va de la mano de su gente y dice mucho sobre sus tradiciones. El Flamenco, con su baile y su música de ritmos intensos y versos profundos le da identidad al pueblo español desde sus orígenes en el siglo XVIII, como la principal manifestación artística de las villas de Andalucía.
El Flamenco forma parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, declarado así por la UNESCO en 2010. Hoy no dejan de llamar la atención sus cantos sobre la intimidad del alma y el sentimiento. La música de guitarras, castañuelas, cajones de percusión, tacones y palmas son suficientes para darle vida a un género lleno de magia, afianzado en España desde el sur de la Península Ibérica gracias a las culturas gitanas.
Andalucía, tierra del Flamenco
El territorio andaluz se distingue por la fusión de diferentes pueblos. Culturas como la musulmana, la judía, la fenicia, la egipcia, la romana, cartaginesa y sefardí, entre otras, se extendieron por el sur, donde el itinerante pueblo gitano se estableció y dejó su huella bien marcada.
El Flamenco es la música española de influencia gitana que con el paso de los años no pierde su belleza. El cante jondo acompañado por la danza y la música tradicional es una experiencia fascinante que no te debes perder. La emoción de un tablao auténtico no la vas a encontrar en ningún otro lugar del mundo. Y no faltan los actos en las calles y plazas públicas de todo el país, principalmente al sur de la península.
La tradición flamenca española
La tradición de los actos flamencos comenzó a hacerse costumbre en el siglo XVIII. En 1765 se abrieron sus primeras escuelas en Jerez de la Frontera y Triana y así, este arte fue floreciendo como una tendencia que hoy todavía marca la identidad y el modo de vida de la región andaluza y se ha establecido en gran parte de España.
La época de 1860 a 1910 es considerada como la de los Años de Oro del Flamenco, cuando los cantes cobraron mayor importancia y la guitarra se convirtió en un elemento indispensable en los actos. Después llegó una época de ópera flamenca más involucrada con la teatralidad. Esta duró hasta mediados de la década de 1950, aunque llega hasta la actualidad con diferentes puestas en escena.
La Peña La Platería del mágico barrio de Albaicín, en Granada, abrió sus puertas en 1949 y se le considera como la más antigua de las que hoy se pueden visitar. En 1955 llega la época conocida como el Renacimiento del Flamenco. Paco de Lucía sería uno de los máximos representantes del movimiento en el siglo XX, al darle a la guitarra una gran importancia. Su música es reconocida alrededor del mundo.
La misteriosa belleza andaluza
Hay ocho provincias en Andalucía, cuna del Flamenco: Granada, Jaén, Córdoba, Huelva, Cádiz, Málaga, Almería y su capital, Sevilla. Las peñas flamencas con sus tablaos las podemos encontrar principalmente en esta región, pero hoy están presentes en casi todos los pueblos grandes y ciudades de España. Abren sus puertas un día a la semana para que cualquiera pueda disfrutar de su ambiente.
Las peñas flamencas son el equivalente a un club privado donde los locales van a escuchar y bailar Flamenco mientras disfrutan de la gastronomía local, pero la invitación está abierta a los visitantes. Este arte tiene sus artistas de renombre y sus actuales exponentes le rinden honor a su magia y encanto sin dejar de ponerlo en alto. Presenciar un acto de Flamenco es conocer España a través del sentir de su gente. Andalucía se distingue por la belleza natural de sus playas, bosques, ríos y desiertos.
La mezcla de luces suaves y colores junto con los movimientos delicados pero contundentes del baile forman parte de un ritual que va acompañado de música y cantos que profundizan en cada espectador mientras disfruta de una velada inigualable.
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